domingo, 22 de agosto de 2010

En verano algo de frío siempre va bien...

"La princesa de hielo" es la ópera prima de una autora sueca sorprendentemente joven y ya coronada como “la reina de la novela negra”: Camila Lackbërg sólo tiene 3 años más que yo, y ya ha vendido más de dos millones de ejemplares de sus novelas, que han sido traducidas a 15 lenguas, convirtiéndose así en otro fenómeno literario. Y mi pregunta es… ¿Qué he hecho yo en la vida en comparación? ¡Aish! Ahora que cumplo los 30 habrá que replantearse muchas cosas…

En fin, volvamos a la niña prodigio ésta. La novela que me ocupa, "La princesa de hielo", es su primera novela, en la que se describe el pueblo en el que nació, Fjällbacka (mmmmmm… ahora que lo dices, este nombre ya me suena de otra novela… creo que aparece en La mujer de verde), y las complejas relaciones humanas que se desarrollan en él, y me atrevería a decir que en casi todos los pueblos.

Al igual que en novelas tales como Aurora boreal, de la también sueca Åsa Larsson (buf!! un rollo de novela), “La princesa de hielo” cuenta con una protagonista que habita una gran ciudad y que debe volver a su pequeña comunidad natal, donde se ve involucrada en la investigación de la muerte de una persona cercana. La diferencia esencial de esta la novela al resto de novelas “nórdicas” que he leído hasta el momento es que Läckberg hace un esfuerzo por narrar desde múltiples puntos de vista a través de un narrador en tercera persona que adopta los puntos de vista de distintos personajes. Este recurso dota de mayor complejidad a la caracterización de dichos personajes.

He de reconocer que he disfrutado con esta lectura, a pesar de que creo que no se resuelve satisfactoriamente. Esperaba un final más sorprendente, en el que todas las piezas encajan a la perfección, pero nada más lejos de la realidad. Espero que alguien se lo lea y lo comente conmigo ☺.

Para ir abriendo boca, he aquí el primer parrafillo del libro:



La casa estaba desierta y vacía. El frío penetraba por todos los rincones. En la bañera se había formado una fina membrana de hielo. Y ella había empezado a adquirir un ligero tono azulado. Pensó que, así tumbada, como estaba, peracía una princesa. Una princesa de hielo.

No hay comentarios: