viernes, 22 de octubre de 2010

Morosa opinática


La verdad es que no sé ni con qué cara escribir este post. Hace un mes y medio que tengo pendiente opinar sobre mis últimas lecturas (porque he dejado de escribir, no de leer). Así pues, intentaré ponerme al día en un corto periodo de tiempo.

Empecemos por La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu.

Menuda sorpresa me llevé (que no positiva) al elegir esta pequeña lectura. Creía que se trataba de una novelita infantil, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, si tuviese que catalogar esta novela de alguna manera, diría que podría considerarse como una novela Burtoniana (salvando distancias, por supuesto). Atmósfera gótica y oscura, personajes marcados por la tragedia y sus deformidades físicas… Aunque ésta es una narración que habla del amor (amor fraternal, amor de pareja, amor propio…).

Tengo que reconocer que a lo largo de sus páginas el protagonista me recordaba a Eduardo Manostijeras (mítico entre los personajes del universo Burtoniano). Y, de hecho, me acabé la novela por eso. Creo que el lenguaje es poco fluido, un gran fallo para un libro como éste (y más aún cuando mi idea preconcebida era de un cuento infantil).

Total, algo decepcionante en sí misma, a pesar de que el argumento podría tener posibilidades. He aquí el primer párrafo, para no perder la costumbre:

Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire. ¡BLANCO! ¡BLANCO! ¡BLANCO! Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero.

No hay comentarios: