viernes, 14 de mayo de 2010

Esta novela me tiene mosca...


(Y quién se la lea, entenderá este título)

Mucho se ha hablado de la novela negra que últimamente nos llega de los países nórdicos. Pero, más allá de esta tendencia que se ha convertido en moda, existen otros autores que sobresalen en este género.

¿Cuál sería el resultado de juntar a James Patterson con Patricia Cornwell? Indiscutiblemente sería Simon Beckett, un británico nacido en 1968, que después de visitar el Centro de Antropología Forense de Tenessee (también conocido como la Granja de Cuerpos) decidió crear al protagonista de esta novela: David Hunter.

Se trata de una novela británica, y se nota porque los personajes y ambientes están bien tratados. La acción trancurre en Manham, un pequeño pueblecito que no acepta forasteros y desconfía de ellos; pero que al final, se verá obligado a desconfiar de sus propios vecinos. Así, la sospecha y el miedo crece en cada casa, con la siempre triste esperanza de que el autor de las atrocidades sea un forastero.

Todos los personajes, desde los protagonistas hasta los secundarios, se perfilan sin adornos, con apuntes y leves insinuaciones que señalan que todos y cada uno de los que aparecen en la historia poseen algún tipo de secreto inconfesable. Así, todo el elenco despierta sentimientos en el lector: de aceptación, rechazo, compasión... pero desde luego, ninguno deja indiferente.

La historia está escrita con pulso firme e inmisericorde, ubicada en un paraje aislado, donde la intensidad del argumento va in crescendo. Sólo diría que hay “un pero” (en mi caso), y es que no me sorprendió el final: yo adiviné quién era el/la asesino/a. Así pues, lo que hasta ese momento era una espiral perfecta de acontecimientos que apuntaba a un desenlace sorprendente, no lo fue del todo. ¡Una lástima!

Pero aún así, crero que a mucha gente le sorprenderá este libro, uno de los que más me han quitado el sueño últimamente. Así que, La Química de la Muerte resulta un libro más que recomendable que seguro me llevará a buscar más obras de Beckett.

¡AVISO! Hay descripciones que no son aptas para estómagos sensibles. Ahí queda eso…

"El cuerpo humano empieza a descomponerse cuatro minutos después de la muerte. Lo que hasta entonces era un recipiente de vida atraviesa su última metamorfosis fagocitándose a sí mismo. Las células se disuelven."

2 comentarios:

Jorge dijo...

Me alegra que te gustara. A mí tampoco el final me sorprendió, pero no creo que al autor le importe mucho. Encuentro muy interesante todo el ambiente, la presión de la gente, la malevolencia de ese pueblo tan correcto. Una buena novela de género, sí señor.

Ahora te espera "Ojos violeta" dentro de la misma colección. Un ejercicio muy interesante de ciencia-ficción y novela negra. Ya me dirás.

Babs dijo...

jejejeje Tendré que ponerlo a la cola, que tengo un montón esperándome en la mesilla de noche...

Pero queda apuntado, of course!!! :)